
El tomate es una fruta, a pesar de que popularmente se piensa que es una verdura. Hay países donde el coste del tomate es bastante más alto que en España, por lo que hay muchas personas que aprenden a cultivarlo en macetas en sus jardines
Cultivar tomates de forma casera es bastante sencillo, pero se deben tener en cuenta varias cosas, sobre todo si queremos exprimir todas las cualidades de esta maravillosa fruta.
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Cómo cuidar una tomatera plantada en una maceta, paso a paso
Los tomates son muy beneficiosos para la salud y si cuidas el proceso de cultivo es muy probable que disfrutes como nunca de ensaladas, zumos y gazpachos. Plantar en el suelo es un método perfecto para conseguir cosechas grandes, pero si no es lo que queremos podemos optar por macetas. El lugar que escojas debe tener al menos entre 6 y 8 horas diarias de luz.
Si creas lechos elevados los tomates no sufrirán si decidimos cambiar el terreno o esterilizar la tierra. Si tienes un espacio limitado puedes utilizar recipientes portátiles, aunque en este caso tú mismo tendrás que realizar los agujeros de drenaje. Ten siempre en mente que una cubeta de plástico de color oscuro puede sobrecalentar la tierra y una de metal puede oxidarse.
También puedes colgar las plantas en canastas o macetas invertidas, que tienen sus ventajas en la facilidad para manejarlas, pero suponen bastantes limitaciones. La cantidad ideal para regar es de unos 500 ml de agua tibia en cada planta y se recomienda hacerlo por aspersión o inundación y orientarlo a las raíces, ya que el riego desde arriba puede provocar enfermedades .
Labores de cultivo
- Abonado: estos restos orgánicos del jardín, junto con los restos de comida de nuestro domicilio o hummus son perfectos para la tomatera.
- Poda: se debe siempre realizar una buena poda para ventilar la tomatera, a última hora de la mañana para evitar hongos y enfermedades.
- Entutorado: necesitan un soporte para crecer verticales y podemos emplear estacas o cañas para mantenerlas fijas.
- Aporcado: es el nombre de la técnica y consiste en acercar tierra sobre las raíces de la planta, de esta manera queda mejor anclada y absorbe más nutrientes.
Ten mucho cuidado con el pulgón y con el mildiu, que son dos plagas frecuentes en el tomate, por lo que que tendrás que pulverizar con una infusión de ajo dos veces por semana o utilizar jabón de potasa si la cosa va a más.